A partir de los 25 años la piel comienza a perder la capacidad de sintetizar nuevo colágeno, elastina y fibroblastos perdiendo lentamente su vitalidad y elasticidad.
Las mujeres preocupadas por esto, se realizan tratamientos faciales, aplican cremas, etc. Ellas quieren que su rostro luzca todo lo joven y sano que sea posible. Lo mismo sucede con el tejido vaginal, con el paso del tiempo disminuye el colágeno y si sumamos embarazos y partos naturales, se producen grandes cambios estructurales.
El estiramiento de ligamentos, músculos y tejido conjuntivo que tienen lugar con los años, cambios bruscos de peso, los partos, la genética y el estilo de vida de cada uno, provocan cambios que van asociados con la pérdida de la sensibilidad en la vagina y daño al piso pelvico. Estos cambios no sólo dan lugar a una sensibilidad marcadamente disminuida durante las relaciones intimas, sino que pueden también provocar incontinencia urinaria o problemas con vaciar los intestinos.
Muchas mujeres enfrentadas a este problema, sufren de sus síntomas durante años antes de consultar un especialista.
No es fácil hablar acerca de “las fugas” cuando ríes, toses o practicas algunos ejercicios, el malestar físico y psicológico que producen unos labios menores muy prominentes o la sentir la vagina laxa y con falta de sensibilidad. Sin embargo esto debe ser planteado francamente y por cierto se debe escuchar atentamente,
Las mujeres que sufren de incontinencia urinaria prolapso del útero o falta de tensión de las paredes vaginales, reportan altos niveles de disfunción sexual. La vergüenza resultante de la incontinencia que ocurre durante las relaciones sexuales o de experimentar una sensación de un bulto en la vagina puede ser muy molesto en la medida en que esto conduce a intentar evitar el contacto íntimo con su pareja.
Todos sabemos que estas alteraciones han existido siempre y que las mujeres han sobrellevado sus síntomas calladamente, soportándolos pacientemente por falta de información, por no atreverse a contarle a su especialista o por no haber sido escuchada apropiadamente. Pero hoy las cosas están cambiado, las personas tiene más acceso a la información, mediante los medios de comunicación, internet, etc.
En Kinestetica nuestra misión primordial es capacitar a las mujeres con el conocimiento, la elección y las alternativas acerca de su bienestar físico estético. Animamos a las mujeres a recuperar su autoestima y su sexualidad plena. Para las mujeres que no tienen hijos, hay procedimientos medico estéticos disponibles para llevar a cabo sus deseos y para las mujeres que los han tenido, ellas podrán recuperar sus partes intimas a su mejor momento. Nadie quiere envejecer. Nadie quiere perder el funcionamiento óptimo en ninguna parte y esto incluye desde luego, las estructuras vaginales y vulvares.
Durante la juventud, el diámetro del canal vaginal tiene como promedio unos tres centímetros, pero luego de un par de partos naturales o subidas y bajadas de peso intermitentes superiores a los diez kilos, puede expandirse su diámetro hasta unos doce centímetros. Desde luego, los años, la vida sedentaria y la falta de ejercicios que fortalezcan el suelo pélvico, también contribuyen a que haya una relajación de estos tejidos.
Asimismo, más de la mitad de las mujeres que han tenido partos vaginales, van a presentar algún grado de disfunción del suelo pélvico, como incontinencia urinaria, prolapso y algún grado de daño anatómico, esto es lo que se conoce como amplitud vaginal sintomática.
Desde hace mucho tiempo los ginecólogos para corregir la amplitud vaginal sintomática recurren a una cirugía, que permite que la mujer recupere su normalidad anatómica vagino perineal, es decir vuelva a sentir su vagina con la misma tonicidad que antes de haber tenido sus bebes.
Hoy un nuevo láser es usado para estos mismos fines, con ventajas importantes, desde luego teniendo en cuenta, la gravedad de los síntomas, por ejemplo, cuando el diámetro del canal sobrepasa los cinco centímetros, es mejor el acto quirúrgico, Pero cuando este diámetro es igual o menor a estos 5 cm, el láser ginecológico logra contraer los músculos de la vagina, alcanzando una disminución de un centímetro de diámetro por cada sesión, pudiendo repetir este procedimiento, las veces que se requiera.
El láser proporciona un efecto calórico tensor en el tejido y gracias a esto, se puede reducir el diámetro de la vagina, produciendo un resultado inmediato de estrechamiento que aumenta la fricción, aumentando el placer íntimo asociado.
Aprovechando este extraordinario efecto tensor, se puede tratar exitosamente la incontinencia urinaria de esfuerzo, en la cual la paciente sufre de “fugas involuntarias” ya sea al reír, toser, estornudar, hacer ejercicio o durante la relación sexual. El objetivo de este procedimiento con el láser ginecológico, es devolver la tensión necesaria a la uretra y paredes vaginales de sostén para eliminar la pérdida involuntaria de orina. Para la gran mayoría de las pacientes, este procedimiento láser puede ser la solución adecuada, evitándo las complicaciones asociadas a la alternativa quirúrgica. Además este procedimiento láser es ambulatorio, rápido, indoloro, sin riesgos, con un costo muchísimo menor y con un post-operatorio muy breve.
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